La grandeza de las nuestras cofradías no sólo se demuestra en tribunas, catedrales o campanas.
El cofrade de a pie es capaz de buscar sus momentos, pero otras veces son los momentos lo que lo buscan a él. Así, cualquier chicotá que a veces se esperaría a golpe de tambor puede convertirse en inolvidable.
Y esque cuando un paso de palio es capaz de emocionar desde que levanta hasta que arría, esa grandeza parece aún mayor...
No hay comentarios:
Publicar un comentario