Pero también es cierto que en éste humilde púlpito nunca habrá objetividad hacia el Señor de la túnica blanca.
Todo será siempre por Él y para Él, el más maravilloso epicentro que podía haber encontrado en el camino de la vida.
Todo será siempre por Él y para Él, el más maravilloso epicentro que podía haber encontrado en el camino de la vida.
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