Ante un momento así podríamos hablar de la belleza de Granada, de los rincones del Albayzín, del Jueves Santo o de la propia hermandad.
Pero se hace imposible ser objetivo, cuando hay tantos sentimientos de por medio, como imposible se hace no sentir un escalofrío al encontrarse con la mirada del Nazareno del Amor y la Entrega.
Nazareno de blanca túnica que camina al Calvario , pero que quienes bien lo quieren ( entre los que tengo la suerte de poder incluirme) no vamos a dejarle, lo queremos con nosotros, como siempre ha sido y será .
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