Uno de los grandes placeres que pueden existir en la vida de un cofrade, es un Viernes Santo, cuando ya pensamos que todo se está acabando , llega un palio envuelto en su nube de incienso , con una candelería completamente iluminada , nos regala una chicotá con La Madrugá de Abel Moreno..el que pueda añadir algo..¡que ni se le ocurra hacerlo!... que nos lo estropea.
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