Aunque cada año Reina de los Dolores tiña de salmón la Plaza de las Pasiegas.
Aunque ya sepamos que va a ocurrir cuando suene ese llamador...
Aunque la tradición siempre nos marque los compases de La Madrugá...
Que levante la mano aquel a quien no se le encoja el corazón cada Lunes Santo en esa rampa que bien debería ser interminable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario