Muchas son las veces que hemos hablado de momentos irrepetibles desde éste humilde púlpito.
Pero hay veces que no es sólo un momento, sino una continuidad.
Su magia se percibe desde que se abren las puertas de la Basílica hasta que se cierran en la noche más hermosa.
Su halo envuelve y atrapa hasta el punto que al perderla de vista, obliga a plantearse si lo vivido ha sido real o sólo un sueño.
Sin embargo, es imposible asegurarlo a ciencia cierta. Ella es tan real como onírica , tan Divina como humana,la Macarena de Sevilla.
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