
Madre, permiteme que me atreva a dedicarte unas torpes palabras, que apenas me salen cuando se trata de Tí, pues Tú lo eres todo, y todo se queda corto. Pero todo esto ya lo sabes, no es nuevo para Tí el que para nosotros no exista otra Reina, que la Madre del Cielo nos perdone pues todos sabemos que eres la misma, ya seas Concepción, Dolores o Esperanza pero para nosotros no eres solo una Virgen, eres Tú y eso los que te queremos lo sentimos así.
Porque Tú y sólo Tú eres la que nos quita las penas, porque estando bajo tu bendito manto nada importa, hoy y siempre, María Santísima de la Concepción.
Dedicado a todos los que alguna vez buscaron consuelo en su mirada, a todos los que agradecidos se postraron ante sus plantas, a todos los que se sienten de sangre azul, pero no un azul de un alto linaje , no, azul CONCHA.
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